Me llamo Elena Locatelli, soy profesora de yoga y escritora. Vivo en Sevilla, pero mis raíces están en Italia y parte de mi corazón en Estados Unidos. Mi objetivo es ayudar a la gente a encontrar armonía físico mental a través del movimiento y la creatividad. Desde que era niña, la escritura ha sido muy importante para mí. Cuando mi madre no estaba me sentaba en la mesa de la cocina con su máquina de escribir y llenaba papeles de historias fantásticas. En el momento en que el ordenador llegó a mi casa, las historias aumentaron, para mí era algo tan normal. Pensaba que todos lo hacían. Sólo a los 19 años, cuando empecé mi carrera en filología inglesa y española en la universidad de Bérgamo, mi ciudad, me enteré que escribir no era para todos. Hay palabras que se quedan grabadas en tu mente aunque tu no lo sepas. Por culpa de una sola palabra retrasé mi encuentro con el yoga por dos años. En 2017 me encontraba en Estados Unidos, en un entorno nuevo y lejano de mis fantasmas, cogí fuerza y me presenté a un curso de “yoga para principiantes”. Entré y por fin encontré respuesta a la pregunta: “¿Qué quieres ser de mayor?” Tenía 23 años. Con el yoga descubrí cuanto el movimiento es importante, no solo para la salud física, sino para la salud mental. Aprendí a enfrentar mis demonios interiores, aprender de ellos y descubrí que sufrir no se puede evitar para siempre. Soy eneatipo 7, soy una entusiasta de la vida que tenía miedo a llorar. Ahora he aprendido a desahogarme, autocuidarme. Ha sido un viaje largo, y sigue siéndolo. Cada día aprendo un poco más sobre mí misma, sobre mis posibilidades y mis límites que puedo o no puedo superar. En 2018 me diplomé como profesora de yoga 200 horas en estilo Vinyasa/Ashtanga con el Yoga Teachers College en Barcelona, certificado por Yoga Alliance. Superé mi límite. De las tantas historias escritas, empezadas y nunca acabadas, he logrado terminar mi primer libro en 2019. Después de años “Las piezas que faltan” ha sido completado y ha sido publicado con la editorial Women Plot el 30 de noviembre. Mi alma siempre ha sido viajera. Por eso, muchas veces relaciono el yoga y la escritura con los viajes. Lo bonito de los viajes es ir descubriendo poco a poco un lugar nuevo. Lo maravilloso del yoga y de la escritura juntas es que puedes descubrirte a ti misma. Tu cuerpo es el lugar del mundo que más tienes que cuidar, nadie más lo hará por ti y por eso mi objetivo es ayudarte a encontrar esa armonía que a todos hace falta para vivir una vida en equilibrio.